viernes, 21 de mayo de 2010

Replay

Digamos que encendí la luz.
Fue una mañana de abril cuando me di cuenta de que esto tomaba otra vez la dirección correcta. Habían sido tres años duros, grises y fríos. El hielo que me impedía abrir las ventanas para ventilar el alma se derritió con el espléndido sol de la mañana. Y salí de nuevo a la calle a disfrutar de todas las cosas buenas que tiene la vida.
LA VIDA.

Esa vida que se había parado como un casette enganchado. Pues bien, ahora lo he desenredado y la música vuelve a sonar con fuerza.
Sé que volverá a llover y por momentos la música sonará distorsionada, pero sé que no voy a volver a atascarme cuando eso ocurra.

Te recordaré siempre y sentiré dolor por tu ausencia, pero eso no volverá a lastrarme jamás, porque sé que, de alguna manera, siempre seguirás aquí.

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