lunes, 10 de septiembre de 2018

Hoy, que aún es ayer

Hoy, que aún es ayer
en las lágrimas de mis retinas,
tengo entre mis manos
el destilar de tus 21 gramos.

Hoy me doblo ante el peso
de tu amanecer ausente
y me faltas más de lo que te tenía.

Hoy revuelvo tus momentos
entre indecisas emociones,
entre tormentas de verano.

Hoy, ya desde ayer,
llevo escrita nuestra historia
en mi rincón secreto,
ése que sólo escribimos juntos.

miércoles, 21 de marzo de 2018

Góngora en mis latidos

Si un día más
en este lugar milenario
sangra mi cicatriz eterna,
puedo leerte en ella.
Tan antigua es esta historia
que pierde mi rumbo en tus callejas,
que no quedan brújulas, ni mapas en la piedra.

Hoy, aunque el whatsapp sea un papiro
y la honra un desatino,
sigue teniendo cada vida en vilo,
sigue estrechando las puertas de mi ciudad,
sigue vigente Góngora en mis latidos.

No soy más que dudas de un guión
ya hace tiempo establecido.
Soy temblor antes de saltar
desde tu puente a mi río.
Soy como esa antigua sensación
de dudar en ser valiente
ante este nuevo y viejo camino.

lunes, 22 de enero de 2018

Huí

Huí.
Salí corriendo.
Me alejé de todo hasta quedar exhausto.
Me vi libre de mis dilemas y respiré,
apoyando mis manos en mis rodillas.
Y, al bajar la mirada,
mi sombra me había alcanzado.

jueves, 18 de enero de 2018

Si mi poesía

Si mi poesía estalla cada vez
que tus manos me entrelazan,
quiero ser kamikaze en las Termópilas.

Si mi poesía persigue tu mirada
en cada página que mancho,
quiero ser Dorian Gray en un espejo.

Quiero que tus labios sean
cada día que amanezco.

Quiero que tu espalda sea
el preludio de mi pecho.

Quiero que mi única verdad sean
tus manos en mi pelo.

lunes, 15 de enero de 2018

Cuando esté muerto

Cuando esté muerto
me alejaré de mí.
¿Habrá quien llore mi desidia de vivir?
Se irá la musa buscando
otro regazo en que esconder sus manos,
buscando un verano entre la nieve.
Y lo encontrará, claro que sí,
porque vivir la vida en métrica siempre será objetivo
mientras caminemos al frío sol de enero
y en un rincón, cercenando el hielo altivo,
una flor nos dé la bienvenida.

viernes, 12 de enero de 2018

Perdón

Me avergüenzo de mí,
que fui tan torpe equilibrista,
y se desnudan de párpados mis lágrimas
porque sé que no fui digno de tu honor.
Me olvidé de ti,
que fuiste incondicional sonrisa
y hoy me miras como si nada hubiese ocurrido.
Te veo igual que siempre,
pero te siento distinto,
porque te miro arrepentido de mí,
que fui tan egoísta.
Por eso hoy pido perdón,
aunque no lo creas necesario.
Tu inocencia no permite el rencor,
tan maravillosa es la ternura.
Hasta que, maldito enemigo este reloj,
la edad te haga aprenderlo.