Respiré
y el viento trajo tu aroma de magdalena.
Supe que serías siempre olor
y rumor de aleteo en primavera.
Pedí al calendario tu otoño
y me dio mil mañanas de Reyes.
Agité el somnífero
y estalló un amanecer en tu almohada.
Creí vencer en mi huida
y rodeé el ecuador de tu planeta.
Nunca supe desprenderme de lo que siempre fue una parte mía.
¡Uau!
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