lunes, 4 de diciembre de 2017

Aunque te hubiese olvidado

Supe estrecharme en tus brazos
cada domingo de invierno.
Y las pestañas derramadas por el salón
me acercaban a ti.

Ahora vuelvo a enfundarme el jersey
que con tus vocales tejiste,
y a florecerte con cada espina de mi cactus,
agujas de temer un desatino.

Siempre fuiste consuelo, aunque te hubiese olvidado.

No hay comentarios:

Publicar un comentario