lunes, 25 de junio de 2012

Musa

Hallo el placer en tu verbo.
Desesperado te observo escapar
negro en la noche cual cuervo.
Dándote gracias conservo mi hogar.

Un torrente de sílabas.
Papel y tinta, bígama, te pintas.
Una obsesión maníaca
transportándome a Ítaca, ya extinta.

Una lucha infame a muerte.
Una idea que revierte en ausencia.
Un mal poeta sin suerte.
Un inexacto afluente de ciencia.

Enfermizo hallo el placer
de observarte amena crecer, tan bella.
En tu sueño hacerte caer.
Arrullarte y suave mecer tu huella.

Amagar una y otra vez.
Erigirte implacable juez pasional.
Vencer ufana la vejez.
Enrocar fiero el ajedrez literal.

Escribir siempre a tirones.
Devolver hecha jirones la vida.
Revivir viejas traiciones.
Malgastar las emociones sentidas.

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