miércoles, 9 de junio de 2010

La Gran Mentira de la Literatura

Con este título quiero comenzar una serie de pequeños relatos en los que se demuestra que la literatura maquilla la realidad para hacerla más interesante. No digo que esto sea malo, sino que con ella podemos hacer que cosas cotidianas como comprar el pan parezcan apasionantes.

Como muestra, he aquí el primero de los relatos:


"Al fin llegaba la hora de mi regreso a casa. Había sido un día largo y lo que más deseaba era poder descansar unas horas. En el coche, mis pensamientos giraban en torno a lo sucedido tan sólo unos minutos antes. El paisaje modificaba su aspecto a gran velocidad, mostrando referencias cada vez más familiares que me avisaban de que mi destino estaba cada vez más cerca. Y, de repente, como si un ser superior hubiese escuchado mis deseos y tuviera el poder de concederlos, en el horizonte se recortó la silueta de mi hogar, anunciando que mi viaje terminaba."

Este relatillo se me ocurrió ayer mientras volvía del trabajo a mi casa. Y es lo que cuenta, pero más bonito. Por eso lo llamo "La Gran Mentira de la Literatura".

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