domingo, 10 de mayo de 2020

Besar tu mirada

El tiempo es el que es y debió ser mañana.
Llego tarde otra vez a cerrar la ventana.
Hoy, que aprendí a apreciar el café,
una gélida taza me ampara.
Es tu irónica risa, tan egoísta, quien
desluce esta entrada. 

Porque pude inventarme cualquier  madrugada,
sin tener la abundancia que quise
ni las reglas muy claras. 

Y ahora corro siempre tras esta pintura robada, 
como Sísifo en su ladera,
acumulando deuda impagada.

Pero, aunque el mundo ha cambiado
y el futuro no sabe nada,
miro al balcón de tu clavícula
y sólo necesito, para ser feliz, besar tu mirada.

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